Capítulo 1: El hombre que destaza.
+Un mal ha caído en esta época, afectando a la gente y su corazón…
Éste avanza por el mundo, matando a más, día a día.
No importando el poder que uno posea, el mal no puede detenerse.
No es necesario darle mi nombre a un muerto.
Fue coincidencia que nos encontráramos… llevé a cabo tu venganza… Puedes odiar o lamentarte, pero eso no hará que los muertos regresen.
Deberías estar agradecido que fuiste el único que sobrevivió.
No resulta extraño que la sangre se derrame como el aroma del ciruelo blanco.
Ser asesinado por un bandido y morir así, es como ir al infierno.
La vida que llevaban esas prostitutas ya era un infierno en vida.
Así es… no es tan extraño que esto suceda. Esto pasa y seguirá pasando siempre.
Aún cuando siga las enseñanzas del Hiten Mitsurugi Ryu y utilice mi espada, al final nunca he logrado salvar a nadie.
¿Acaso lo único que puedo hacer es honrar almas inocentes?
No sólo cavaste tumbas para tus padres… ¿¡también para los bandidos!?
*No eran mis padres. Eran comerciantes de esclavos.
Mis padres murieron hace un año de cólera.
Sean comerciantes de esclavos o bandidos, al final, cuando te llega la hora, acabas en el silencio.
+¿Qué son esas piedras?
*Kasumi san, Akane san, Sakura san…
Aunque sólo llevaba un día de conocerlas, como era el único hombre, quería protegerlas, sin importar que perdiera mi vida.
Pero ellas me protegieron, diciendo, “no maten al niño”.
Éste avanza por el mundo, matando a más, día a día.
No importando el poder que uno posea, el mal no puede detenerse.
No es necesario darle mi nombre a un muerto.
Fue coincidencia que nos encontráramos… llevé a cabo tu venganza… Puedes odiar o lamentarte, pero eso no hará que los muertos regresen.
Deberías estar agradecido que fuiste el único que sobrevivió.
No resulta extraño que la sangre se derrame como el aroma del ciruelo blanco.
Ser asesinado por un bandido y morir así, es como ir al infierno.
La vida que llevaban esas prostitutas ya era un infierno en vida.
Así es… no es tan extraño que esto suceda. Esto pasa y seguirá pasando siempre.
Aún cuando siga las enseñanzas del Hiten Mitsurugi Ryu y utilice mi espada, al final nunca he logrado salvar a nadie.
¿Acaso lo único que puedo hacer es honrar almas inocentes?
No sólo cavaste tumbas para tus padres… ¿¡también para los bandidos!?
*No eran mis padres. Eran comerciantes de esclavos.
Mis padres murieron hace un año de cólera.
Sean comerciantes de esclavos o bandidos, al final, cuando te llega la hora, acabas en el silencio.
+¿Qué son esas piedras?
*Kasumi san, Akane san, Sakura san…
Aunque sólo llevaba un día de conocerlas, como era el único hombre, quería protegerlas, sin importar que perdiera mi vida.
Pero ellas me protegieron, diciendo, “no maten al niño”.
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